Una lucha contra el tiempo y en toda regla. Esta la situación que vive el armador del pesquero de Arrastre, Germans Peris, que encallaba ayer en las rocas de Peñíscola cuando retornaba a puerto después de una jornada de faena.
Tal como publicó ayer Castellón Información, el suceso se produjo en torno a las 16:30 de la tarde. Era la hora de retorno a casa. El Germans Peris, un pesquero de Arrastre con base en Peñíscola volvía a Puerto.
Se trata de un barco de fibra, del 2004, construido en los astilleros de Benicarló, de 18 metros de eslora y 5 de manga. Todo iba bien hasta que llegó el desastre.
Posiblemente fuera el piloto automático de la nave el que fallara, eso lo tendrá que determinar la investigación iniciada por Capitanía Marítima. Pero la situación fue desesperada. El barco no iba al rumbo previsto y cuando los marineros se apercibieron de ello ya estaban demasiado cerca de la costa. Saltaron las alarmas, intentaron maniobrar, se paró el motor y lo demás ya no tuvo remedio.
El Germans Peris encallaba sobre el fondo de roca en la parte sur bajo el Castillo de Peñíscola.
Los daños producidos por las rocas en la base del casco del barco generaban destrozos importantes con entrada de agua dentro de la nave.
Lo bueno del caso es que no se produjeron heridos. La tripulación logró abandonar el barco sin daños personales… pero los daños materiales son otra cosa.
Y a partir de entonces comenzó una lucha contra reloj para salvar la nave. Se pusieron en marcha varias bombas de achique para mantener a flote la embarcación, pero el problema más grave reside en las vías de agua y en lo escabroso de la zona donde ha quedado encallado.
Trabajar en estas condiciones para cerrar las vías de agua es verdaderamente complicado… pero trasladar la nave hasta el Puerto de Peñíscola para poder reparar el casco es aún más difícil con un riesgo añadido. La embarcación podría hundirse de camino.
Otra de las alternativas pasa por trasladar el barco, pero por tierra. Pero la tarea tampoco es nada fácil. Por una parte, sería necesaria una grúa capaz de poder levantar las 500 toneladas que puede pesar el barco. Una grúa bastante especial para realizar el trabajo… pero es que, además, el lugar desde el que tendría que trabajar para poder bajar el brazo y sujetar el barco para su izado, también es complicado…
Y como no hay dos sin tres, la tercera amenaza a la que se enfrenta esta operación de rescate es la meteorología. La gota fría pronosticada a partir del jueves dificultaría todavía más cualquier alternativa. Para empezar no se tiene la certeza de que la nave, encallada, pudiera aguantar esta situación meteorológica.
Esta no es la primera vez que ocurre un suceso semejante en Peñíscola, ni la primera vez que el ‘Germans Peris’ ha sufrido un accidente en el mar. Según publicó Mediterráneo el 8 de junio de 2010, “La embarcación ‘Germans Castell’ impacta contra las rocas de la escollera del puerto”. La situación descrita por este diario es muy similar a la ocurrida ayer. En aquel caso, y según las mismas fuentes, La embarcación pudo ser trasladada a Puerto con la ayuda de dos pesqueros de mayor tamaño que se abarloaron a la nave siniestrada. Bartolomeu Roig publicó también en Mediterráneo con fecha de 2 de febrero de 2010, el accidente sufrido por el Germans Peris en alta mar, cuando que navegaba rumbo a Tarragona. en aquel caso los daños fueron mucho mayores, pero la tripulación y el barco se salvaron gracias a la solidaridad de sus compañeros de la mar…
Fuente:
Salvamento Marítimo Castellón
Video de: Barcos de Cerco
Fotografías: Peníscola Photoblog