Presentación ‘a lo grande’, con música y espectáculo delante del Principal, pero son el tráfico de por medio
‘La Cubana’ presentará en Castellón, a partir de mañana y hasta el domingo, su última apuesta teatral, ‘Adios Arturo’, el funeral más divertido para quien nació en Castellón, vivió una vida apasionante de y no creía en despedidas tristes. La presentación se ha realizado ‘a lo grande, con música, espectáculo y un loro protagonista. Lo único negativo, el tráfico, que transitaba entre los actores y el público.
Esperanza Molina/ Actualitat Diària
¿Quién puede olvidar la figura del castellonense Arturo Cirera Mompou?. Su vida apasionante, la historia de la familia y lo polifacético del personaje nacido en Castellón en 2010…
Desde luego, la compañía de Teatro La Cubana no, y es más, no solo recupera ‘su memoria’, sino que presenta su ‘funeral’. La despedida del personaje que nunca creyó en mucho más que en la vida y que quiso despedirse ‘a lo grande’, tal como vivió.
Este es el argumento de la última producción de La Cubana, que este mediodía se ha presentado en una ¿rueda de prensa? espectacular, delante del Teatro Principal.
No era solo una rueda de prensa para medios de comunicación, sino una fiesta para anunciar una fiesta, en la que todo acompaña el buen hacer de La Cubana.
Imagínese quien no ha tenido la suerte de verlo esta mañana. El Teatro Principal luce ‘loros gigantes’ por todas partes. El efecto es impresionante. La gente pasa por la plaza de la Paz, saca el móvil, no quiere perderse esa imagen que pasarán por redes a todos sus conocidos.
La Cubana ha conseguido el primer efecto de su estrategia, llamar la atención.
Comienza la presentación de la producción… los detalles, el por qué de la Cubana, el recuerdo del castellonense Arturo Cirera y Mompou, que nació en la calle Falcó de Castellón… hijo de un médico catalán emigrado a Castellón. Cuando la familia se traslada a Valencia, cuando les toca la lotería… y cuando todos, ya con dinero en los bolsillos se trasladan a vivir a Paris. Pero Arturo Cirera es polifacético, un artista que destaca en la pintura, escultor, coleccionista de arte, poeta, compositor de música, dramaturgo, actor, director… y ateo. No quiere entierros dolorosos, no busca lágrimas, pero si volver donde todo empezó, su ciudad natal, Castellón, donde vendrán a despedirle personajes famosos de todo el mundo…
¿Y quien puede representar mejor todo eso que La Cubana?
Si las bodas tienen un lado cómico que levanta sonrisas y carcajadas, los entierros también, y no dejan indiferente a nadie. La Cubana tira la casa por la ventana y, además, sitúa como el elemento central de la obra al ‘loro’ de Arturo, Ernesto. Un loro que ha presidido también la presentación y ha tenido su propio discurso. Los loros que modifican la facha del Principal ¿hasta convertirla en una pajarería?, o mejor, en un guiño al público. El resto de lo que se puede encontrar en la función, es para verlo: la “hipócrita parafernalia teatral que todos montamos para despedir a una persona, utilizando los mismos conceptos… y las mismas frases hechas calcadas desde los tiempos de Maricastaña”
La obra no sigue un ritmo argumental tradicional… como explicaba su director.
Terminada la presentación ‘formal’, los actores de La Cubana realizaron la ‘otra’ la que mejor saben hacer, la teatral.
El espectáculo llenó la fachada del Principal, el público se agolpaba en la plaza de la Paz… ¡Sensacional!
El éxito de la Cubana, que ya estrenó su obra en Valencia, parece asegurado en Castellón, hasta el punto de que se han tenido que incrementar las sesiones. Castellón ‘como Londres’ tendrá sesión ‘matinera’ el domingo por la mañana… y todavía pueden quedarse cortos.
¿Lo negativo del asunto?, el tráfico. ¿Quien puede entender que, ante una presentación como esta en la calle no se haya solicitado o accedido a cortar el tráfico durante solo una hora… o a regularlo?
La Cubana realizaba el espectáculo, los periodistas tomaban imágenes en medio de la calzada, entre la plaza de la Paz y el Principal y los coches pitaban porque durante algunos momentos no podían transitar… ¡Sin explicación!