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En la inauguración en Guadalajara de la exposición “Once de marzo”, el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, ha señalado que “la respuesta que debemos dar al terrorismo debe ser global y transversal, no únicamente policial y judicial, y para ello las víctimas están llamadas a ser protagonistas”.
La exposición “Once de Marzo”, un espacio de encuentro y memoria en el 14º aniversario de los atentados del 11-M, en los que 193 personas fueron asesinadas. En este marco, Zoido ha subrayado que “cualquier recuerdo y homenaje que brindemos a las víctimas del terrorismo es importante” y que “desde el arte, podemos sensibilizar, concienciar y ayudar a cumplir los compromisos de memoria, dignidad, verdad y justicia”.
La exposición conmemorativa, obra del artista valenciano Eduardo Nave, ha sido organizada por la Fundación Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, la Fundación Víctimas del Terrorismo y el Ayuntamiento de Guadalajara. También cuenta con la colaboración de la Asociación 11M Afectados por el Terrorismo y la Asociación Ayuda 11M, y estará abierta en la capital alcarreña hasta el 18 de marzo de 2018.
En su intervención, el ministro del Interior ha recordado que el derecho a la memoria para las víctimas está consagrado en la Ley de Reconocimiento y Protección Integral a las Víctimas del Terrorismo y ha afirmado que sólo a través de ese reconocimiento “se puede construir una sociedad con unos cimientos sólidos y anclados en el respeto a los derechos fundamentales más básicos: la vida, la libertad y la seguridad”.
Juan Ignacio Zoido ha estado acompañado en la inauguración, entre otros, por la directora general de Apoyo a Víctimas del Terrorismo, Sonia Ramos; el director del Centro Memorial de la Víctimas del Terrorismo, Florencio Domínguez; y la presidenta de la Fundación Víctimas del Terrorismo, María del Mar Blanco.
Durante el acto y junto a todos ellos, el ministro del Interior ha recordado el olivo plantado junto a las asociaciones de víctimas el pasado viernes en el Ministerio del Interior, un “gesto de compromiso y unidad”, un árbol que representa “la paz, la fuerza, la esperanza y la resurrección”, y ha recalcado que “recordar es mucho más que un acto de respeto, es un ejercicio de justicia y de dignidad, una exigencia ética por los valores que encarnan las víctimas del terrorismo”.