Actualitat Diària
El incesante aumento que viene experimentado el precio de la energía, tanto en el capítulo eléctrico como en materia de combustibles, ha disparado los costes de producción que soportan los agricultores valencianos hasta extremos que comprometen seriamente la viabilidad de sus explotaciones. Esa escalada de las cotizaciones de los recursos energéticos se sitúa en cifras récord y la incidencia de esta coyuntura sobre el colectivo agropecuario se está dejando sentir de manera muy negativa.
En concreto, y de acuerdo con un informe elaborado por los servicios técnicos de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA), durante los últimos doce meses el sector agrario se ha visto obligado a hacer frente a un sobrecoste de 25,1 millones de euros debido a la repercusión que esos máximos históricos de la energía están teniendo sobre la electricidad y los combustibles que los profesionales del campo necesitan para llevar a cabo su actividad.
Así, por término medio, el precio del gasóleo agrícola ha registrado un aumento del 28% en un solo año, al pasar de 0,70 céntimos por litro a 0,90 céntimos. Tomando como referencia la superficie agraria valenciana en su conjunto -unas 654.000 hectáreas- y que el cultivo de una hectárea requiere alrededor de unos 100 litros anuales de combustible para acometer las distintas tareas, el sobrecoste que están soportando los agricultores se eleva a 13, 1 millones de euros.
En el caso del regadío, de la necesidad que tienen los regantes de consumir electricidad bien para extraer las aguas subterráneas que emplean, bien para rebombear el agua de las balsas cuando se trata de aguas superficiales, el aumento medio de la factura eléctrica viene a situarse en torno al 8%. O dicho de otro modo, y tomando siempre como referencia valores medios, ya que la casuística en el sector en muy variada: a un agricultor le cuesta 50 euros más regar una hectárea de terreno que hace un año. Teniendo en cuenta que el número de hectáreas que requieren energía eléctrica para el riego en la Comunitat Valenciana, ya sea para extraer recursos subterráneos o para manejar recursos superficiales, asciende a unas 240.000, la subida de los costes por este motivo se dispara a 12 millones de euros, lo cual, unido al ascenso de los combustibles arroja un sobrecoste global para el sector agrario valenciano de 25,1 millones de euros.
El presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, considera que “la situación es muy, pero que muy preocupante porque los precios que cobran los agricultores por sus productos o están estancados desde hace años o tienden claramente a la baja mientras que los costes que soportan crecen de un modo brutal. Es evidente que los números no cuadran y que esa ecuación es insostenible. Las administraciones tienen que tomar conciencia de la gravedad del asunto y abordar una revisión del sistema tarifario que regula el uso de la electricidad en el sector agrario, así como del gasóleo profesional para poder aliviar esta coyuntura, porque en caso contrario muchas explotaciones van a verse abocadas al cierre y ese es un lujo que no puede permitirse un sector que debería ser estratégico y que se encuentra contra las cuerdas”.